ISLAS, 66 (207): e1391; enero-abril, 2024
Recepción: 13/06/2023 Aceptación: 28/10/2023
Artículo científico
El tópico cultural e histórico en las cartas de escritores, intelectuales y patriotas que escriben a José Manuel Carbonell y Rivero
The cultural and historical theme in the letters of writers, intellectuals, and patriots who wrote to José Manuel Carbonell y Rivero
RESUMEN
Universidad Central «Marta Abreu» de Las Villas, Santa Clara, Cuba ORCID: https://orcid.org/0000-0003-1039-6558
Correo electrónico: alerod@uclv.cu
Introducción: El presente artículo se encarga de analizar el tópico cultural e histórico en el epistolario de José Manuel Carbonell y Rivero presente en el Fondo Bibliográfico Francisco de Paula Coronado de la Universidad Central «Marta Abreu» de Las Villas.
Métodos: El análisis es cuantitativo, comprende como métodos el análisis de contenido y la documentación bibliográfica. Se apoyan en los principios inductivo-deductivo e histórico-lógico para arrojar datos textuales y extratextuales de interés en la lectura de las cartas.
Resultados: Se comentan los principales asuntos de las cartas, entre ellos disputas literarias, recitales de poesía, la fundación de la Academia Cubana de la Lengua, los móviles a los cuales estuvo asociada la muerte de Juan Clemente Zenea, el peso histórico de la figura de Pedro Santicilia y el pedido de la salvaguarda de los restos mortales de José María Heredia por parte de los Veteranos de la Independencia del oriente cubano. Se trabaja con los emisores Carlos Loveira, Juan Manuel Planas, Dulce María Loynaz, Bonifacio Byrne, Antonio Valverde, Ramiro Guerra y Ramón Prida.
Conclusiones: Se valora el peso que tiene el epistolario para la conformación de los asuntos relevantes de la Identidad nacional.
PALABRAS CLAVE: epistolarios; correspondencia; identidad; República neocolonial en Cuba; Fondo Bibliográfico Francisco de Paula Coronado; José Manuel Carbonell
ABSTRACT
Introduction: This article analyzes the cultural and historical theme in the correspondence of José Manuel Carbonell y Rivero, found in the Francisco de Paula Coronado Bibliographic Collection at the Universidad Central «Marta Abreu» de Las Villas.
Methods: The analysis is quantitative, employing content analysis and bibliographic documentation as methods. It relies on inductive-deductive and historical-logical principles to provide textual and extratextual data of interest in the reading of the letters.
Results: The main subjects of the letters are discussed, including literary disputes, poetry recitals, the founding of the Cuban Academy of Language, the motives associated with the death of Juan Clemente Zenea, the historical significance of the figure of Pedro Santicilia, and the request for the safeguarding of the mortal remains of José María Heredia by the Veterans of the Independence of eastern Cuba. The study involves emitters Carlos Loveira, Juan Manuel Planas, Dulce María Loynaz, Bonifacio Byrne, Antonio Valverde, Ramiro Guerra, and Ramón Prida.
Conclusions: The weight of the correspondence in shaping relevant issues of national identity is acknowledged.
KEYWORDS: epistolary; correspondence; identity; neocolonial Republic in Cuba; Francisco de Paula Coronado Bibliographic Fund; José Manuel Carbonell.
Los archivos guardan colecciones de libros, documentos y objetos de todo tipo capaces de rearmar la historia. El intento parte de reinterpretar las marcas dejadas por quienes nos precedieron. Muchos intelectuales cubanos usaron singulares formas de distinguir la propiedad como creadores o como relicarios de sus colecciones. En el siglo XX fue práctica común hacer imprimir cuños que a forma de sellos marcaban la propiedad de libros y documentos. Bibliotecas enteras pueden ser rastreadas hoy gracias a esta meticulosa práctica, mientras que otras mantienen su unidad y resguardo como colección gracias a que el sello visible de su unidad no fue objeto del contrabando y dispersión.
Otro matiz importante de las marcas dejadas en los libros y papeles es el de no haber sido suficientemente manoseados y redescubiertos por los investigadores. El Fondo Bibliográfico Francisco de Paula Coronado1 de la Universidad Central «Marta Abreu» de Las Villas tiene mucho que aportar a la archivística cubana. Una buena colección de libros y documentos que podrían bien llevar el nombre del Doctor José Manuel Carbonell,2 si no como colección al menos como una serie dentro del Fondo Coronado, quema las manos de los estudiosos.
1 Fondo Bibliográfico Francisco de Paula Coronado, también conocido como Fondo Coronado o Colección Coronado. Alberga libros, manuscritos, ediciones príncipes, incunables de los siglos XV, XVI y XVII, fotografías, caricaturas, tacos perdidos, etc. Se encuentra salvaguardado en la Universidad Central «Marta Abreu» de Las Villas. En él se encuentra la colección de manuscritos y libros de José Manuel Carbonell y Rivero.
2 José Manuel Carbonell y Rivero (Alquízar, 3 de julio de 1880-La Habana, 20 de marzo de 1968). Patriota imbricado en la gesta independentista de 1895. Con una labor destacada en el espacio intelectual y cultura de la República neocolonial en Cuba. Su prestigio lo lleva a ocupar los cargos de Abogado Consultor del Ayuntamiento de La Habana y la presidencia de la Academia Nacional de Artes y Letras.
Quizá la presencia de la Biblioteca de José Manuel Carbonell y Rivero fue advertida antes por alguien, mas no se conoce que haya legitimado el hallazgo como suyo. Tampoco se conoce de ninguna empresa que siga el camino transitado por esta serie antes de llegar a la Universidad Central, que haga el inventario completo de libros y manuscritos que le pertenecieron a Rivero o que se tire a fondo a investigar el contenido de los documentos que existen en la serie. En el presente, un equipo trabaja para proponer al mercado editorial el epistolario en que intelectuales y patriotas dejaron criterios y afectos para Cuba y para Rivero. Estas son misivas abiertas con plena vigencia al día de hoy.
Los veintiún tomos de correspondencia son realidad compleja y pertinente para distintos abordajes. En este se propone el deslinde de algunos tópicos en las cartas presentes en el epistolario. Antes se analizarán las conjeturas que hasta el momento pueden trazarse sobre la presencia de la Biblioteca Carbonell en el Fondo Coronado, más como una especulación abierta que como una conclusión definitiva. En el futuro, será menester otro trabajo que se encargue de las cartas del Partido Nacionalista recogidas en esta colección de cartas, ya que se conoce poco del papel que jugaron sus fundadores en la pasada República neocolonial. Allí concursan nombres tan notables como el de Enrique Loynaz, Manuel Márquez Sterlin y Manuel Sanguily.
Para seguir la ruta de la Biblioteca Carbonell dentro del Fondo Coronado se han de seguir tres signos hasta el momento identificados: las iniciales de José Manuel Carbonell (JMC) puestas a modo de sello o cuño en las primeras páginas de los libros y materiales impresos, las dedicatorias que los autores le hicieran a Rivero y el membrete visible en el índice de algunos tomos de papelería encuadernada y empastada donde figura la Academia Nacional de Artes y Letras que presidiera Carbonell.
Un camino más complejo de reconstruir es el seguido por la Biblioteca Carbonell antes de formar parte de los Fondos de Coronado. Al respecto existen dos cartas mecanografiadas en el propio Fondo que aportan algunos datos a la interrogante. La primera es enviada por el Doctor Fermín Peraza al rector de la Universidad Central de Las Villas, Doctor Mariano Rodríguez Solveira:
[…] he tenido conocimiento de las gestiones que está realizando la Universidad Central de Las Villas, para adquirir los fondos bibliográficos que forman actualmente la Biblioteca de Francisco de Paula Coronado, ampliada con los fondos de la biblioteca que perteneció al Dr. José Manuel Carbonell. (Peraza, febrero de 1960)
Se reconoce la ampliación de los fondos de Coronado con la colección que perteneciera a Carbonell.
También la misiva del doctor Felipe R. Pacheco Rodríguez con fecha del 2 de marzo de 1960 da noticia de la adquisición de dos bibliotecas: «Bibliotecas Coronado y Carbonell que fueron adquiridas por el Sr. Paul Mendoza el pasado día 20 de febrero del presente año» (Pacheco, 2 de marzo de 1960). Al parecer las hipótesis apuntan a que las dos bibliotecas
fueron compradas en la misma fecha, faltaría saber si los fondos de Carbonell formaban parte de la colección de Coronado desde mucho antes o si fue el momento de la compra el que entrecruzó ambas series.
Cuando se revisan algunos exponentes de la Biblioteca Carbonell la conjetura se vuelve cada vez más oscura y difícil de establecer. Si se analizan los veintiún tomos de correspondencia a José Manuel Carbonell, resalta que muchos de sus índices presentan el membrete de la Academia Nacional de Artes y Letras, presidida por Carbonell, esto le da concurso como organizador de la correspondencia que le fuera enviada. Es casi incuestionable que Rivero participase del meticuloso orden que presentan hoy sus cartas. Probablemente fuera también quien mandase a encuadernar y empastar.
No obstante, a la luz de la misiva del Dr. Fermín Peraza apuntada antes, la responsabilidad de esta función se vuelve compleja de discernir: «colección que ha sido mejorada por el Sr. Paul Mendoza al revisar la encuadernación de los libros y encuadernar los que se encontraban deteriorados y a la rústica» (Peraza, febrero de 1960). Es visible en algunas cartas la marca de haber estado cosidas, el empastado que presentan hoy pudo ser delicadeza de Rivero o de Mendoza. No obstante, otro signo apunta a la posible tenencia de las cartas por parte de Francisco de Paula y quien sabe si estuvo a su cargo la encuadernación y empastado.
Al decir de algunos conocedores, la afición de Coronado al coleccionismo fue tal que aprovechaba y recortaba de la prensa todo cuanto pudiera enriquecer los documentos atesorados. Un posible signo de esto pudieran ser los recortes meticulosamente clasificados al final del volumen de cartas pertenecientes al Partido Nacionalista. Allí aparecen reseñas y elogios de la prensa a José Manuel Carbonell. Este tomo es el único que presenta recortes incluidos, pudiera haber sido la mano sensible de un miembro del nombrado partido, aunque permite sostener la sospecha de que la Biblioteca Carbonell perteneciera a Coronado por algún tiempo.
Con más preguntas que respuestas, solo resta decir que el epistolario a José Manuel Carbonell consta de cuatro apartados: las cartas a sus familiares que fueron enviadas a su padre y a su abuelo, las cartas institucionales en las que le agradecieran el envío de los 18 volúmenes de Evolución de la cultura cubana que compiló, las cartas del Partido Nacionalista que fundara junto a Enrique Loynaz como resistencia a la postura anexionista del Partido Liberal Autonomista y las cartas personales. De este último apartado se han seleccionado algunas escritas por escritores, historiadores y abogados que permiten reconstruir las principales problemáticas y preocupaciones de estas personalidades en el contexto de la República neocolonial. Sorprenderá lo poco atendidas que se encuentran algunas de estas figuras, aun cuando en su contexto fueron notables doctores con relieve nacional e internacional. Antes del análisis de las cartas se hará mención a algunas de las características del género epistolar con el fin de discernir más claramente el tipo de carta al que se hace mención.
Pensar el género epistolar no se encuentra exento de problemas, el asunto se vuelve más complejo cuando se piensa el tardío interés de los investigadores hispanoamericanos por el estudio de los epistolarios. Para la investigadora de la Universidad de Granada Ana Gallego Cuiñas «[…] Francia, Inglaterra y Estados Unidos son los países de la cultura y del estudio epistolar por excelencia. El mundo hispano efectivamente no ha sido tan prolífico en esta práctica» (2019: 576). El rezago de la crítica no significa que estemos del todo ausentes en el entendimiento de ese campo, son España y Argentina contextos donde existe un impulso a seguir en criterio de esta estudiosa.
Al deslindar la estética de los géneros epistolares, tal cual la entiende Luis Beltrán Almería, destacan primero las ausencias, para él no haber medido el peso de la epístola en lo que denomina «estéticas serias (patetismo y didactismo)» (1996: 242) y «estéticas festivas (la risa y sus derivaciones)» (1996: 242). Los estudios han estado más orientados a
«la teoría retórica epistolar» (1996: 239) y a la «teoría —más bien empírica— de los géneros epistolares» (1996: 239). La escuela española ha centrado la mirada en la evolución desde el pasado clásico hasta el Renacimiento y en la forma retórica de la carta, mientras que la escuela argentina ha tenido a bien deslindar algunos de sus principios.
El caso español, aunque ahora más resuelto a resolver problemas complejos que rozan en el campo de la teoría de los géneros textuales y la ausencia de los epistolarios del canon literario, tiene presencia más marcada en el campo de la «teoría retórica epistolar» (1996: 239). En esta zona de los estudios concursa la investigación de 2005 El arte epistolar en el Renacimiento europeo 1400-1600 del estudioso de la Universidad de Deusto Pedro Martín Baños. Mucho antes (1992), en la Universidad de Michigan, Estados Unidos, tuvo lugar un estudio semejante pero particularizado al caso español, El arte epistolar en el Renacimiento español de Jamile Trueba. Ambas propuestas se centraron en los manuales y tratados de epistolografía clásicos, medievales y de los renacentistas. Fueron capaces de apuntar cómo los distintos subgéneros epistolares fueron cumpliendo distintas funciones a lo largo de la evolución cultural y anotan el peso simbólico de la epístola para los humanistas del Renacimiento.
Ambos estudios rebasan en parte el campo de la «teoría retórica epistolar» (1996: 239) ya que se siente como base los debates sostenidos en torno a enmarcar temporal y culturalmente el acento de la Modernidad. La epístola renacentista permite defender el cambio de visón que los humanistas comienzan a implementar, esto hace del género el sustrato perfecto para los géneros modernos: el tratado, el ensayo y la novela. Más allá de un análisis retórico de los subgéneros epistolares antiguos (clásico y medieval) o de cómo la epístola ha aportado a la retórica de la novela sentimental y de la novela epistolar de hoy, el estudio de la escuela española ha logrado abstraer el peso cultural de un género
que pudiera ser el parteaguas en el deslinde de momentos históricos con cambios sustanciales: pasado antiguo y modernidad.
Por otro lado, la escuela argentina se encuentra más centrada en la reflexión de los principios que distinguen a la carta. Nora Esperanza Bouvet reconoce que, «en toda carta operan ciertas relaciones dinámicas fundamentales que conforman la matriz epistolar: presencia-ausencia, oralidad-escritura, privado-público, fidelidad-traición y realidad- ficción» (2006: 13). En la base del entendimiento de estos principios se encuentra un fundamento que rebasa el carácter empírico y la visión inmanentitsta alrededor de este género. Los binomios comprenden el entendimiento de debates que ven a la epístola como parte de un contexto de enunciación. Traducen conceptos como el de sujeto de enunciación-sujeto del enunciado, estilo popular-estilo culto, fin pragmático-fin literario, carta abierta-personal, verdad-falacia. Ver la epístola en esta dimensión permite abrazar futuras tesis en torno al peso del género en el nacimiento o influencia sobre otros géneros.
El sustrato patético y didáctico de la memoria latinoamericana desde la Carta de relación, pasando por la Visión de los vencidos, la prosa de los Comentarios Reales, la Respuesta de la ilustre poetisa a Sor Filotea de la Cruz y Facundo, es la base de la reflexión que luego estará en el centro del ensayo y la novela americanos. El nexo que une a todos estos textos va en el principio de ser dirigidos a alguien. Son el enunciado de la contestación a principios e ideas con los que no se está de acuerdo.
Los destinatarios, en una dimensión amplia o más personal (conquistadores, cronistas oficiales, Sor Filotea y europeos del siglo XIX) tienen en los lectores de hoy una extensión de ese público primigenio, gracias al peso filosófico de los asuntos que pueden ser entendidos como debates abiertos. El principio privado-público que comprende a estos textos levanta al menos la sospecha del fuerte carácter testimonial que comparten todos ellos y que está también en el centro de los epistolarios.
La literatura americana, que pudo bien iniciarse con el tono festinado de la producción oral precolombina, sufrió un cambio de tono con la Visión de los vencidos, allí puede apreciarse que la representación tópico-estilística transita del tono festinado al patetismo contestario. Desde entonces no hemos podido renunciar más al carácter patético y didáctico de nuestra literatura, es ella un alegato de contestación ante la percepción foránea, hecho cercano a los diferendos simbólicos que se establecen como parte del contrapunteo epistolar.
La novela, también con inclinación evidente a las estéticas festivas —la risa, la sátira, la representación carnavalesca—, pero sin renunciar al patetismo y didactismo, tiene en la antigüedad algunos antecedentes que pueden ser considerados colecciones de cartas que
«aparecen también como embrionarias novelas epistolares» (1996: 243). Tal es el caso de las cartas de los discípulos de Sócrates que cuentan las circunstancias de su muerte, como bien apunta Luis Beltrán.
El peso que tienen los epistolarios en el subgénero novela epistolar y también en el género novelar a nivel macro, se pudiera rastrear desde el evidente carácter de contestación que este presenta, por ejemplo, en la picaresca ante el discurso oficial y en la novela latinoamericana ante la voz foránea que ha conformado el «mito y el archivo». La novela puede ser entendida como soporte ficcional de un emisor inmiscuido en debates de fuerte carga simbólica, cuenta, por tanto, con un destinatario.
Un importante salto para la incorporación definitiva de las investigaciones del mundo hispano en torno a los epistolarios, no solo sería atenderlos en la dimensión filosófica en la que aportaron un imaginario continental, también es imprescindible analizar la responsabilidad del género en el nacimiento y evolución de otros géneros. Hasta el momento solo se tiene la certeza de que las tesis son tan defendibles como polémicas, pero en ellas se encuentra la clave para una comprensión superior de la novela latinoamericana. Para Roberto González la narrativa latinoamericana es el constante repensar del «mito y el archivo» asentado como parte de una memoria de siglos. La epístola pudiera estar en la base de la conformación de todo este arsenal simbólico y pudiera ser también la clave para entender el nexo entre él y la novela latinoamericana. Tanto en la conformación de los sentidos en las primeras producciones textuales americanas, como en la escritura ripostante que es nuestra novela, las voces contestatarias afloran por todas partes. Pudieran ser entendidas como la ocasión de hablar que tienen los americanos ante la conformación simbólica del nativo y el paisaje dada por los europeos. Si bien no fuimos considerados como los destinatarios inmediatos de la Carta de relación, no se hizo esperar la respuesta urgente del nativo y de los cronistas mestizos que le suceden. Está en el texto latinoamericano la clave para la comprensión de cuánto hay del epistolario en los géneros
modernos.
Si algo acorta las distancias entre novela, ensayo y epistolario es el modo en que la triada puede exponer el drama de una cultura. No en vano la epístola sirve muchas veces «como elemento auxiliar para estudiar la producción literaria de un determinado escritor o poeta», no solo por lo que puede aportar al discernimiento de lo extraliterario al interior de una producción narrativa, sino también para el entendimiento de la poética de un autor. De ahí que el Epistolario a José Manuel Carbonell puede casi ser entendido como obra de tesis lúcida y preclara como lo fue Generales y doctores de Carlos Loveira. Tanto Loveira como el resto de los remitentes de Carbonell permiten reconstruir el complejo período neocolonial cubano. Sobresale la justeza con que defienden el alma maltrecha de la nación con un lenguaje cuidado, pero sin vendas de ficción. De ahí que se irá deslindando por partes los tópicos que trabajan en la correspondencia y que aportan a un cuadro de época complejo.
En el epistolario a Carbonell destacan las cartas de asunto literario. En la de Juan Manuel Planas3 (28 de julio de 1926) se pide el concurso de José Manuel Carbonell como árbitro de una arenga literaria. Coincide el motivo literario usado en sendas obras literarias del escritor cubano y del escritor francés Georges C. Toudouze:
Motiva estas líneas el deseo de que sea usted, cuyo nombre es blasón de nuestras letras, y cuya personalidad está a la cabeza del más alto centro literario de nuestro país, el árbitro en una cuestión literaria, que tiene como incidentes principales los siguientes:
1º. El señor Georges C. Toudouze, escritor francés de merecido renombre, laureado cuatro veces por la Academia Francesa, y dos por las Ciencias Morales y Políticas de su país, publicó en 1923, en la librería Gallimard, de París, una novela, L' Homme qui volait le Gulf- Stream, cuya argumentación descansa en la utilización de la idea emitida por el sabio J. Thoulet, y publicada en su libro L' Océan, relativa al cambio de clima que se produciría en Europa si los hombres, por medio de un dique elevado entre Cuba y la Florida, interceptasen el paso de la corriente del golfo.
2º. No solo esta argumentación es la misma en que se basa mi novela La corriente del golfo, publicada en El Fígaro de La Habana en 1919, y en volumen en 1920, sino que el señor Toudouze da como clave de su libro, y lo publica en sus páginas 140 y 141, el mismo párrafo de Thoulet, que sirve de clave al mío, y que ya reproduzco al margen del primer capítulo de mi obra.
3º. Habiéndome enterado en fecha reciente de la publicación del libro del señor Toudouze, lo envié a buscar a París, y al ver la notable coincidencia de su argumentación con la mía, le escribí, haciéndolo al mismo tiempo a su editor y a algunos periódicos franceses, reclamando para mí la prioridad en tal asunto. (Planas, 28 de julio de 1926)
No ha sido encontrado otro testimonio sobre esta disputa literaria, en la carta es evidente el peso sociocultural que tiene haber sido el pionero en el empleo de un motivo literario. En la actualidad, probablemente se interpretaría como dos obras de ficción que comparten una misma referencia. Para el momento en que las obras en disputa fueron escritas, las nociones de ética y escritura todavía no han pasado por los debates en torno a la intertextualidad, la parodia literaria, el pastiche, la reinterpretación histórica y las nuevas nociones en torno a la literatura y sus distintos nexos textuales y extratextuales. Todos estos asuntos vinieron luego
3 Juan Manuel Planas Saínz (1887-1963). Conocido como el Julio Verne cubano por ser pionero de la ciencia ficción. Hombre público cienfueguero. En 1906 recibe el título de Ingeniero Electricista en la Universidad de Lieja, Bélgica, que luego revalida en la Universidad de La Habana. Fue Secretario de la Sociedad Cubana de Ingenieros y precursor de expediciones para estudiar los sistemas cavernarios cubanos. Entre sus libros destacan La Cruz de Lieja, Flor de Manigua, El Sargazo del Oro (El Vellocino Verde) y La corriente del golfo.
con la postmodernidad y hubiesen ahorrado el malentendido entre el escritor cienfueguero y el escritor francés.
También en la lógica de lo literario se encuentra la inconformidad de Carlos Loveira ante la solución del concurso de Obras teatrales cubanas. En su carta (23 de enero de 1928) expresa:
No pretendo, desde luego, que si esa persona posee la ciudadanía cubana, se le prive del disfrute de un triunfo que debo considerar justo y merecido, dada la respetabilidad del jurado, por un simple requisito de forma; pero sí deseo que usted, como presidente, haga mantener firmemente, legalmente, la condición de que los concursantes premiados aporten las debidas pruebas de su nacionalidad cubana […] (Loveira, 23 de enero de 1928)
Otras cartas también abordan asuntos literarios. En muchas los emisores agradecen a José Manuel Carbonell la inclusión en los 18 volúmenes de Evolución de la cultura cubana4 que el autor prepara para la Sexta Conferencia Panamericana. Carlos Loveira, le ofrece los fragmentos de su producción narrativa que le gustaría ver compilada como parte de la antología de prosa. Contrasta notablemente la posición de Dulce María Loynaz al negarse a formar parte de la antología de poesía, al respecto dice en su carta de 1927:
Agradezco su intención de incluirme en ese libro de Poesía Lírica en Cuba, le agradezco aun cuando me ha sido expresada en esta horrible hoja impresa donde se olvidan de poner la «t» y la «a» al «Sr», hay espacios en blanco para llenarlos con nombres y la personalidad del agraciado se hunde, se borra, se pierde como una gota de agua en medio del Sahara.
Perdone esta digresión, pero las hojas impresas me aterran; su bondadosa intención es digna de un bonito papel de hilo azul, como este, por ejemplo.
Pero volviendo al objeto de su carta le diré que habiéndome negado en bastantes y semejantes ocasiones a dar versos, entre otros a personas tan apreciables como el doctor Salvador Salazar, me daría cierta pena no tener para todos el mismo comportamiento, quizá un poco malinterpretado, pero que al fin mi absoluto silencio y mi prolongado apartamiento de todo centro literario, son bastantes para justificar. (Loynaz, 15 de marzo de 1927)
La carta no descuida el carácter educado de la escritura y a la vez comprende una noción ríspida que deja sin posibilidad de apelación a José Manuel Carbonell. En ella se traduce la personalidad de una mujer de carácter fuerte que no descuida ningún detalle de forma y que es implícitamente pionera del pensamiento feminista de su tiempo. La respuesta de casi todos los autores propuestos para los volúmenes de Evolución de la
4 Evolución de la Cultura Cubana que agrupaba lírica, prosa y oratoria desde 1608 hasta 1927 y fue preparada por José Manuel Carbonell para obsequiar a los delegados de la Sexta Conferencia Panamericana.
cultura cubana es asertiva, sin embargo, Dulce María Loynaz defiende su postura de quedar al margen del intento compilatorio.
También dentro del tópico cultural destacan las cartas donde se distingue el papel de la Academia Nacional de Artes y Letras en la socialización de valores nacionales. En una de ellas Bonifacio Byrne5 se siente alagado de ser considerado Académico correspondiente, a la vez que manifiesta su inquietud al ser invitado a ofrecer un recital de poesía donde no desea descuidar ningún detalle de forma para quedar a la altura de tan prestigiosa institución:
¿Crees tú que mi prosodia, yo no pronuncio castizamente la z ni la c, puede pasar en la Academia? No quisiera exponerme a un fracaso, por mi diferencia de dicción. Ve eso con calma y con tiempo.
Pero antes de que comuniques a los compañeros tuyos y míos mi aceptación, desearía celebrar contigo un cambio de impresiones, respecto al número de poesías que he de leer (yo no recito por mi falta de memoria), hora del acto, indumentaria, índole de las composiciones, etcétera, etcétera. Soy previsor y hay que estar al tanto de muchas minucias. Por algo tengo algunos copos de nieve en la cabeza… (Byrne, 13 de diciembre de 1928)
En la lógica de asuntos culturales relevantes se encuentra la carta de Antonio Valverde6 en la que comunica la inclusión de Carbonell como miembro de una de las 18 plazas de número de la Real Academia de la Lengua Española resolvió para fundar la Academia cubana: «Y habiéndose recibido la comunicación firmada por el Sr. Secretario de la Real Academia Española en la que se notifica a usted el nombramiento, me complazco en remitírsela, rogándole se sirva acusarme recibo de la misma» (5 de agosto de 1926).
Dentro de las cartas destacan aquellas que presentan un valor histórico notable. Sobresale la carta de Ramiro Guerra7 donde comparte algunas impresiones con Carbonell
5 Bonifacio Byrne (Matanzas, 3 de marzo de1861- Matanzas, 5 de julio de 1936). La más famosa de sus poesías, Mi bandera, caló hondo en la conciencia nacional, porque representaba los anhelos de todo un pueblo que había luchado por una libertad que no significaba aún soberanía debido a la intervención norteamericana en la Guerra hispano-cubana-norteamericana.
6 Antonio L. Valverde Maruri (La Habana, 25 de mayo de 1867-La Habana, 18 de junio de 1951). Escritor, abogado y profesor cubano. Es autor de varios tratados de Derecho. Fue miembro de número de la Academia de la Historia de Cuba, secretario de la Academia Cubana de la Lengua, correspondiente de la Real Academia de la Historia de España, presidente de la Sección de Historia, Geografía y Estadística de la Sociedad Económica de Amigos del País, miembro de la Sección de Ciencias Históricas del Ateneo de La Habana y de The National Geographic Society (Washington D.C.)
7 Ramiro Guerra Sánchez (Batabanó, 31 de enero de 1880-La Habana, 29 de octubre de 1970). Historiador, economista, pedagogo y profesor cubano. Dentro de su obra se distingue el estudio de la Historia de Cuba, y en especial de la Guerra de los Diez Años. Sus trabajos se caracterizan por una diestra utilización del enfoque socioeconómico. Le fue conferido el título de Doctor Honoris Causa en Ciencias Comerciales por la Universidad Central «Marta Abreu» de Las Villas.
sobre la muerte de Juan Clemente Zenea.8 La carta es escrita luego de una conferencia de Carbonell sobre el poeta mártir y comprende un agudo análisis sobre los móviles y posibles implicaciones de personalidades en la delación que estuvo alrededor del hecho. El emisor no pierde oportunidad de exponer sus puntos de vista y realiza un minucioso análisis para defender sus tesis. A continuación, se propone un fragmento que ahonda en uno de los tópicos en debate:
Acabo de leer de un tirón su bellísima conferencia sobre Zenea. Comparto las opiniones de usted y sus conclusiones y juicios definitivos. Se me ocurre llamarle la atención sobre su entierro. Como muy bien dice usted, Tabares es el testigo más fuerte contra Zenea. En él y en sus declaraciones se apoya mucho Valverde para condenar al poeta mártir, pero yo creo que Tabares es un testigo interesado y parcial, a quien hay que descalificar, por las razones siguientes, que usted, como abogado, apreciará en todo su valor. Creo que no se puede dudar de que Tabares estaba al servicio de España, como agente pagado por esta. Me imagino que apenas se investigue sobre él, cosa que no se ha hecho, no obstante ser el mayor testigo de cargo, quedará probado. Las relaciones de Tabares con los Capitanes Generales de Cuba y con el Ministro de España en Washington, son muy fuertes indicios. Ahora bien, si Tabares recibía dinero por servir a España, él tenía que hacer valer el hecho de atraerse a Zenea, revolucionario de gran significación, como un gran servicio suyo y un mérito que debía recompensársele. Así pues, aunque Tabares hubiera solo tenido conversaciones insignificantes con Zenea, su interés le llevaba a aumentar la importancia de estas. Él debió tener empeño en presentar al poeta como una conquista suya, de Tabares, para la causa de España, a fin de sacarle partido a su éxito en provecho propio. Por eso pide para Zenea tales y cuales cosas del Gobierno español. Acaso esperaba, mediante ellas, atraerse definitivamente al bardo, y obtener de él confidencial que le permitiera aducir méritos ante sus jefes y alcanzar provechos y recompensas. No hay constancia de que Zenea informase a Tabares de nada sustancial ni verdaderamente útil a la causa española. Por eso, tal vez, ni el Ministro español ni los Capitanes Generales, que apreciaban el asunto desde otro punto de vista que Tabares, casi o sin casi, no hacen caso de las solicitudes de este en beneficio de Zenea. (Guerra, 13 de noviembre de 1929)
Otras cartas del epistolario a Carbonell comprenden asuntos históricos de mucho peso para la nación. Así es el caso de la carta de los Veteranos de la Independencia del Consejo Territorial de Oriente, donde comunican a Carbonell que fueron encontrados en México los restos mortales del poeta José María Heredia. El texto expresa llanamente el reclamo de los
8 Juan Clemente Zenea y Fornaris, también conocido como el poeta mártir (Bayamo, 24 de febrero de 1832-La Habana, 25 de agosto de 1871). Escritor cubano al cual se le reconoce haber ejercido gran influencia en la literatura cubana al retomar el Romanticismo, marcando una nueva línea en la poesía hispanoamericana. En prisión escribió 16 composiciones que fueron reunidas póstumamente bajo el título Diario de un mártir.
veteranos «en nombre de la Historia y como depositarios vivientes de nuestro pasado revolucionario, el honor de que sea la ciudad de Santiago de Cuba quien conserve esos restos sagrados» (10 de julio de 1926).
Otra importante carta en la lógica de los tópicos históricos es la enviada por Ramón Prida9, en ella el abogado mexicano se contenta de que Carbonell conozca y resalte los valores del poeta y patriota cubano Pedro Santacilia.10 La carta resalta los esfuerzos del poeta a favor de la Independencia de Cuba desde la emigración:
Estuve en contacto íntimo con Santacilia los últimos treinta años de su vida, pudiera decir que los vivimos juntos, pues desde el año de 1883 en realidad no nos separamos y pude apreciar su inmenso amor a Cuba y su propósito de sacrificarlo todo en aras de aquella patria para él tan querida. Me constan sus trabajos en favor de la última campaña, sus esfuerzos para que triunfara, su constante correspondencia con los jefes cubanos y sus trabajos para que se les reconociera la beligerancia, se les proporcionaran armas y municiones; sus epigramas sangrientos contra las tropas españolas etc., etc. (Prida, 21 de octubre de 1925)
Santacilia, aunque poco conocido dentro de la historia de Cuba y dentro del canon literario, destaca por una honda poética nacionalista, donde su poema ¡Adiós! resalta por el dolor que le produce el motivo de la partida. Tanto el epistolario a Carbonell, como la develación de la producción poética de este autor, pueden contribuir al rescate de su memoria.
El epistolario a José Manuel Carbonell y Rivero permite reconstruir una amplia visión de época alrededor de las décadas de 1920 y 1930. De ella se puede apreciar en las cartas el duro golpe para las finanzas de los diplomáticos cubanos en Europa producto de la caída de la bolsa de valores en Estados Unidos. También es visible la compleja situación política de Cuba donde se aprecian distintas líneas de pensamiento. Las cartas del Partido Nacionalista, que serán trabajadas en otro momento, expresan la postura poco conocida de Enrique Loynaz, José Manuel Carbonell, Manuel Márquez Sterling, Manuel Sanguily y otros patriotas que se oponen a la posición anexionista del Partido Liberal Autonomista.
9 Ramón Prida. Abogado mexicano con más de una decena de títulos publicados, entre los que destacan ¡De la dictadura a la anarquía! Apuntes para la historia política de México durante los últimos cuarenta y tres años, 1871-1913, Datos y observaciones sobre los Estados Unidos de América, Juárez. Como lo pinta el diputado Bulnes y como lo describe la historia, Los sucesos de Río Blanco en 1907 y El arbitraje internacional en América, entre otros títulos.
10 Pedro Santacilia. Santiago de Cuba, 24 de junio de 1826. Con diez años su familia emigra a Jamaica por contradicciones entre las ideas independentistas de su padre con los representantes del gobierno de Tacón. De esta época datan sus primeras composiciones. En 1845 vuelve con su familia a Santiago, tenía 19 años y sus colaboraciones en la prensa lo distinguen como corresponsal del Liceo Científico, Artístico y Literario de La Habana. Luego de participar en conatos, revueltas y proclamas libertarias, Santacilia cae preso y es deportado el 25 de enero de 1852. Nunca volvió a Cuba.
Dentro de las cartas destacan las de tópico cultural, donde un núcleo visible son las que trabajan la conformación de la antología de poesía lítica, oratoria y prosa Evolución de la cultura cubana. Son representativas las que refieren disputas literarias por la prioridad en el tratamiento de un asunto o por la inconformidad ante la solución de un concurso literario. El papel de la Academia nacional de Artes y Letras, también destaca como parte de los asuntos en la lógica de lo cultural.
Dentro del tópico histórico destaca las interpretaciones que levanta la delación del poeta mártir Juan Clemente Zenea. Resulta importante el privilegio que reclaman los Veteranos de la Independencia al exigir sea Santiago de Cuba la ciudad depositaria de los restos de José María Heredia. De mucho peso resulta el análisis de Ramón Prida sobre el papel literario e histórico de Pedro Santacilia para la Independencia y la literatura nacional.
Aunque desconocida hasta el momento la Biblioteca de José Manuel Carbonell y Rivero permitirá reescribir la historia del Fondo Bibliográfico Francisco de Paula Coronado de la Universidad Central «Marta Abreu» de Las Villas. Su epistolario, así como otros documentos manuscritos o mecanografiados son fuentes históricas directas para interpretar el pasado neocolonial. Las cartas personales aportan la visión de doctores y militares de la independencia en torno a tópicos culturales e históricos. Ellas permiten medir el peso de una generación que participó de los debates nacionales en los decenios de 1920 y 1930.
Fuentes primarias
BYRNE, B. (13 de diciembre de 1928). [Carta al Dr. José Manuel Carbonell]. Correspondencia privada a José Manuel Carbonell (1929: fol. 21), Fondo Bibliográfico Francisco de Paula Coronado, Universidad Central «Marta Abreu» de Las Villas, Santa Clara, Cuba.
CARVAJAL, A. (10 de julio de 1926) [Carta al Dr. José Manuel Carbonell]. Correspondencia privada a José Manuel Carbonell (1926: fol. 78), Fondo Bibliográfico Francisco de Paula Coronado, Universidad Central «Marta Abreu» de Las Villas, Santa Clara, Cuba.
GUERRA, R. (13 de noviembre de 1929) Carta al Dr. José Manuel Carbonell]. Correspondencia privada a José Manuel Carbonell (1929: fol. 165), Fondo Bibliográfico Francisco de Paula Coronado, Universidad Central «Marta Abreu» de Las Villas, Santa Clara, Cuba.
LOVEIRA, C. (23 de enero de 1928). [Carta al Dr. José Manuel Carbonell]. Correspondencia privada a José Manuel Carbonell (1926: fol. 14), Fondo Bibliográfico Francisco de Paula Coronado, Universidad Central «Marta Abreu» de Las Villas, Santa Clara, Cuba.
LOYNAZ, D.M. (15 de marzo de 1927). [Carta a José Manuel Carbonell]. Correspondencia privada a José Manuel Carbonell (1927: fol. 203), Fondo Bibliográfico Francisco de Paula Coronado, Universidad Central «Marta Abreu» de Las Villas, Santa Clara, Cuba.
PACHECO, F. R. (2 de marzo de 1960). [Carta al Sr. Rector de la Universidad Central de Las Villas]. Fondo Bibliográfico Francisco de Paula Coronado, Universidad Central «Marta Abreu» de Las Villas, Santa Clara, Cuba.
PERAZA, F. (16 de febrero de 1960). [Carta al Dr. Mariano Rodríguez Solveira, Rector de la Universidad Central de Las Villas]. Fondo Bibliográfico Francisco de Paula Coronado, Universidad Central «Marta Abreu» de Las Villas, Santa Clara, Cuba.
PLANAS, J.M. (28 de julio de 1926) [Carta al Dr. José Manuel Carbonell]. Correspondencia privada a José Manuel Carbonell (1926: fol. 82), Fondo Bibliográfico Francisco de Paula Coronado, Universidad Central «Marta Abreu» de Las Villas, Santa Clara, Cuba.
PRIDA, R. (21 de octubre de 1925) [Carta al Dr. José Manuel Carbonell]. Correspondencia privada a José Manuel Carbonell (1925: fol. 78), Fondo Bibliográfico Francisco de Paula Coronado, Universidad Central «Marta Abreu» de Las Villas, Santa Clara, Cuba.
VALVERDE, A. L. (5 de agosto de 1926) [Carta al Señor José Manuel Carbonell]. Correspondencia privada a José Manuel Carbonell (1926: fol. 86), Fondo Bibliográfico Francisco de Paula Coronado, Universidad Central «Marta Abreu» de Las Villas, Santa Clara, Cuba.
Academia Nacional de Artes y Letras, Secretaría. Correspondencia privada de José Manuel Carbonell. Santa Clara: Fondo Bibliográfico Francisco de Paula Coronado, Universidad Central «Marta Abreu» de Las Villas.
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Alejandro Castro Rodríguez (Santa Clara, 1991). Licenciado en Letras y Máster en Estudios Teóricos y Metodológicos del Español Actual por la Universidad Central «Marta Abreu» de Las Villas, donde se desempeña como profesor asistente en Literatura Latinoamericana de los periodos colonial y republicano. Graduado del Diplomado Gestión comunitaria del patrimonio cultural y la memoria histórica, donde trabajó con un epistolario patrimonial para su tesina, así como del Diplomado Género y Literatura, donde desarrolló una tesina sobre los tópicos del poder, la locura y el viaje en cuatro escritoras caribeñas. Ha obtenido mención en el Premio de investigación Memoria Nuestra 2021 y 2023 por la investigación en torno al epistolario patrimonial a José Manuel Carbonell presente en el Fondo Bibliográfico Francisco de Paula Coronado. Ostenta el Premio Provincial de investigación del Ministerio de Ciencia Tecnología y Medio Ambiente (CITMA). Trabajos suyos sobre literatura, artes visuales y teatro han aparecido en Noticias de arte cubano, Formas simples, Zona crítica y Mejunje teatral.
CÓMO CITAR ESTE ARTÍCULO: CASTRO, A. (2024). El tópico cultural e histórico en las cartas de escritores, intelectuales y patriotas que escriben a José Manuel Carbonell y Rivero. Islas, 66(207): e1371.
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