ISLAS, 66 (209): e1486; septiembre-diciembre, 2024.
Recepción: 24/06/2024 Aceptación: 02/11/2024
Artículo científico
Contextualización, conflicto y valoración ética en los retratos insertos de los Diarios de campaña de José Martí
_________________________________________________
Contextualization, conflict and ethical assessment in the incidental portraits in José Martí’s Diarios de campaña
Osneidy León Bermúdez
Universidad Central «Marta Abreu» de Las Villas, Santa Clara, Cuba
ORCID: https://orcid.org/0000-0002-4099-8974
Correo electrónico: osneidylb@uclv.edu.cu
Melodis Mari Hernández Padilla
Universidad Central «Marta Abreu» de Las Villas, Santa Clara, Cuba
ORCID: https://orcid.org/0009-0002-6497-3699
Correo electrónico: mhpadilla@uclv.cu
RESUMEN
Introducción: En los Diarios de campaña de José Martí se localizan no pocos retratos insertos, los cuales aún no han sido atendidos como objeto de estudio en específico, sino como parte de los acercamientos investigativos a los diarios del Apóstol. La presente investigación tuvo como objetivo caracterizar los retratos insertos presentes en los Diarios de campaña de José Martí.
Métodos: Se emplearon métodos generales de investigación como el analítico-sintético, el inductivo-deductivo y el histórico-lógico y como método específico principal se empleó el análisis textual. Además, se hizo uso del análisis de documentos y de la revisión bibliográfica y documental para declarar los antecedentes, el basamento teórico y para la selección de la muestra, la cual quedó conformada por diecinueve retratos insertos.
Resultados: El presente análisis comprueba el trazado de los retratos insertos de Martí como parte de su escritura biográfica, toda vez que aquellos se estructuran a partir de los tres siguientes rasgos: la contextualización, el conflicto social y la valoración ética de los retratados.
Conclusiones: Con esta investigación se soluciona el vacío identificado en esta zona de los estudios martianos y como resultado se puede contar con la caracterización y definición de los retratos insertos en los diarios de campaña de José Martí, así como también con una ampliación y actualización de aquellos estudios que con anterioridad se han acercado al tema.
PALABRAS CLAVE: José Martí; retrato; Cuba; Diarios de campaña
ABSTRACT
Introduction: In José Martí’s Diarios de campaña there are not a few incidental portraits, which have not yet been considered as a specific object of study, but as part of the overall research approaches to the Apostle's diaries. The present investigation aimed at characterizing the incidental portraits present in José Martí's Diarios de campaña.
Methods: For this purpose, general research methods such as analytical-synthetic, inductive-deductive and historical-logical were used, as well as textual analysis as the main specific method. In addition, the analysis of documents and the bibliographic and documentary reviews were used to establish the background, the theoretical basis and also for the selection of the sample, which consisted of nineteen incidental portraits.
Results: The present analysis proves the tracing of Martí's incidental portraits as part of his biographical writing, since they are structured on the basis of the following three features: contextualization, social conflict and ethical assessment of the portrayed.
Conclusions: With this research it is intended to fill the void identified in this area of Martí's studies and, as a result, it is possible to add up the characterization and definition of the incidental portraits in José Martí's campaign diaries, as well as an extension and updating of those studies that have previously approached the subject.
KEYWORDS: José Martí; portrait; Cuba; Campaign Diaries
Concepción y/o diseño de investigación:
|
Adquisición de datos:
|
|---|---|
Análisis e interpretación de datos:
|
Escritura y/o revisión del artículo:
|
Dentro de la obra escrita que José Martí ha legado para la posteridad, sobresalen aquellas que, desde lo no ficcional, lo factual y lo personal, como ocurre en el caso de sus cartas y diarios, salvaguardan el diálogo que se estableció entre Martí y sus contemporáneos. Fundamentalmente, estas obras han sido estudiadas como testimonio o documento histórico-cultural, o como dato dentro de la biografía de personalidades destacadas de nuestra historia y cultura nacionales (Laviana, 2015; Housková y Areta, 2021). Es por eso que los acercamientos a estos textos martianos por lo general privilegian la información documental que permite hacer de la Historia de Cuba un trazado más completo. Desde esta óptica, los Diarios de campaña de Martí se estudian como fuente de información histórica y no como objeto de análisis en sí mismo.
Lo antes planteado no considera que las cartas y diarios de autoría del Apóstol no despierten un interés especial dentro del campo de los estudios martianos, interesado especialmente en el análisis, cotejo y divulgación de la obra escrita por José Martí. De ello dan fe las ediciones que superan el ordinario oficio y de esta manera, lo hacen desde las perspectivas crítica o anotada. Al respecto, es necesario mencionar las dos ediciones cubanas realizadas por la Casa Editora Abril y del Centro de Estudios Martianos, en 1996 y en 2007 y 2019, respectivamente; y la labor investigativa de Mayra Beatriz Martínez y Froilán Escobar.
Sin embargo, es Cintio Vitier quien propone un estudio y una mirada más profunda a los Diarios de campaña de José Martí cuando ofrece la dimensión transgenérica de estos textos en Lo cubano en la poesía. Si bien con ello este autor se suma al conjunto de estudiosos que resaltan la escritura literaria de Martí más allá de los géneros clásicos y de sus textos en versos, es el origenista quien, en su repaso de lo cubano en la poesía hecha en la Isla, ilustra de Martí no solo sus poemas propiamente dichos sino también pasajes de los diarios martianos, muchos de los cuales considera y denomina «retratos» (Vitier, 1958).
Como desprendido de lo anterior, Vitier plantea en el libro antes citado la premisa fundamental para el presente acercamiento: la existencia de retratos no autónomos o insertos en los Diarios de campaña de autoría martiana. A partir de las búsquedas realizadas en disímiles reservorios afines al tema es posible aseverar que hasta este momento no se ha consumado un estudio académico que analice intensivamente los retratos de personas trazados por Martí en sus diarios. Este déficit ha creado una oportunidad pertinente para desarrollar la presente investigación.
El seguimiento a una línea de estudios ya consolidada dentro de los estudios martianos, la retratística; avalada en la actualidad por investigadores asiduos (Álvarez, Varela y Palacio, 2007; Vitier, 1958; García Marruz, 1969; Vázquez, 2009; Heredia, 2003; Varela, 2017; León, 2021; Pampín, 2016), sustenta este interés investigativo y a su vez permite establecer como principales elementos de caracterización los tres siguientes: la contextualización, el conflicto y la valoración ética del retratado.
En cuanto al apartado metodológico, eeste trabajo emplea métodos generales de investigación como los que siguen: el analítico-sintético, el inductivo-deductivo y el histórico-lógico. Como método principal se empleó el análisis textual, el cual es definido por Álvarez y Ramos (2003) como: «un procedimiento para producir datos que puedan ser utilizados en una comprensión del texto y, por tanto, que aporten a la interpretación integral de este» (2003: 128).
Además, se hizo uso del análisis de documentos y de la revisión bibliográfica y documental para declarar los antecedentes, el basamento teórico y para la selección de la muestra. Se establecen de forma previa las variables y conceptos fundamentales de retrato inserto y este se usa también como criterio de delimitación del corpus.
Para la definición de retrato inserto los estudios antecedentes han establecido una serie de términos y definiciones para diferentes modalidades de la escritura biográfica martiana: retrato autónomo, retrato colectivo (grupal, de familia), retrato inserto (en fragmento, incidental, esbozo, boceto, perfil) y secuencia de retratos.
Finalmente, León propone un concepto de retrato inserto, esencialmente operacional: «el texto de al menos un párrafo que forme parte de un trabajo periodístico autónomo de mayores dimensiones en el que se trace la imagen de una persona» (2021: 228). La contextualización, el conflicto y la valoración ética de cada retratado han sido establecidos como elementos propios del estilo retratístico martiano (Álvarez et al., 2007).
Luego, el procedimiento de trabajo consiste en el análisis de los textos martianos, lo cual tiene en cuenta en el plano intratextual la información ofrecida, pero a la vez comprende la relación intertextual de este contenido con otros datos históricos, consultados por lo general en textos de referencia y consulta (enciclopedias, biografías, diccionarios). Además, este análisis comprende cuestiones de estilo, tanto en lo referido al modo de estructuración del retrato en cuanto a sus características propias (contexto, conflicto, valoración ética).
La muestra en estudio está compuesta por 19 retratos insertos1 en los que se traza la efigie de 20 personas,2 de ellas la mayoría son hombres y solo en dos ocasiones se refiere Martí a dos mujeres: Ceferina Chávez y Caridad Pérez Piñó. Si bien el aprecio o elogio del Apóstol hacia las mujeres no puede medirse por cuestiones numéricas, o en todo caso, por cuestiones circunstanciales —que son en última instancia las que motivan los retratos insertos, también incidentales—, no puede dejar de decirse que las mujeres retratadas por el autor son minoría, tanto en las secciones de semblanzas ya estudiadas como en los acercamientos realizados hasta el momento de los retratos no autónomos.
La no correspondencia entre el número de retratos y el número de personas retratadas ya evidencia un rasgo del estilo retratístico martiano, apuntado por la teoría y encontrado en previos análisis del tema en otras zonas de la obra martiana: el retrato en paralelo, dentro de lo que resulta paradigmática la semblanza de Céspedes y Agramonte (El Avisador Cubano, Nueva York, 10 de octubre de 1888). En el caso de la presente muestra, el retrato en paralelo lo traza Martí del capitán José Rafael Pacheco Cintras y del coronel de Jiguaní, Juan Francisco Blanco, Bellito, con fecha del 10 de mayo de 1895 en su Diario de Cabo Haitiano a Dos Ríos.
Este retrato se inserta en los apuntes de uno de los últimos días recogidos por Martí en su diario. La ubicación espacial es la de una estancia en su andar junto a Gómez por tierras holguineras para establecer campamento, mientras vuelve a ver de pronto el Cauto. A su llegada, confluyen otros líderes de la gesta y de todos hace Martí alguna acotación, pero estos dos cubanos resultan los retratados de manera más cabal. En este retrato, además, se habla del servicio a la patria y de problemas que condujeron al fracaso de la gesta anterior, en especial, el caudillismo. No solo se expresan las ideas de Martí, sino también de los retratados y de los otros presentes, todo lo que se logra precisamente mediante la inclusión de los parlamentos de cada cual (técnica de mosaico o heteroglosia).
A propósito de lo antes dicho, es oportuno describir que la mayoría de los retratos estudiados se inserta en los apuntes de cada día, los cuales son más extensos —incluyen otros temas, datos, narraciones de acontecimientos, descripciones de la naturaleza—, que el retrato en sí. En este sentido, es necesario aclarar que Martí utiliza la pleca como signo de puntuación que presenta un nuevo tema a tratar en su escritura continua, lo que algunos autores han denominado viñeta (Vázquez, 2009); evidencias de este modo también las tenemos en su escritura periodística tanto en sus publicaciones en y sobre Norteamérica como en el periódico Patria. Solo en algunas ocasiones el retrato seleccionado coincide con la totalidad del apunte diario. Suele ocurrir, además, que el retrato sea solo una parte de una viñeta dentro de los apuntes de un día.
La gama de retratados por Martí en sus Diarios de campaña dota de peculiaridad a la muestra analizada. Como ya se conoce, la presente investigación trabaja dos conjuntos de textos que se diferencian entre sí: los apuntes hasta llegar de Montecristi a Cabo Haitiano y los que, tomando a este punto de llegada como punto de partida, acompañan al Apóstol hasta Dos Ríos. La principal diferencia se ubica en el contexto de realización de la escritura y así sus retratos varían de un diario a otro, tanto en el carácter y condición de la persona a la que se dedica como en el discurso martiano sobre los valores éticos del ser humano.
Así la muestra integra a adultos, ancianos y jóvenes, a capitanes, coroneles y generales en campaña o veteranos de guerra, y a miembros de una familia en su habitual estar cotidiano. De manera similar las nacionalidades pueden resultar variadas: dominicanos, cubanos, de las islas Turcas (y Caicos), santomeño (Islas Vírgenes), haitiano, etc. Resulta muy peculiar la inclusión de un cocinero (David Caley), un barbero (el Señor Martínez), un gallero (Manuelico), un estudiante de Medicina al que Martí llama mediquín (Ramón Salcedo); de quienes el retrato se traza en gran medida desde su ocupación, profesión u oficio.
Aunque no es objeto de estudio de este trabajo, no puede dejar de mencionarse que en los diarios de campaña de José Martí resulta frecuente también el trazado de retratos grupales. En ellos el retrato individual de cada persona se hace mucho más sintético y su estilo más poético, lo que recuerda las ideas críticas de «prosa poemática» (García Marruz, 1969) y «rápidos lienzos» (Vitier, 1958), atribuidas a esta misma escritura y lo que suscita un especial interés analítico e interpretativo por estas breves líneas retratísticas.
Uno de los grandes problemas a los que se enfrenta el creador de los retratos insertos es cómo asumir la historia que va a contar, la perspectiva que toma, la selección del sector de vida de la persona que va a ser tratado, los intereses que lo mueven y las concepciones que tiene acerca de la persona que va a describir. Todos estos son elementos que repercuten en el texto.
Es en la contextualización donde se demuestra la objetividad de los retratos escritos por Martí, aunque es una cuestión que varía notablemente de retrato en retrato. Tras el análisis realizado es posible sostener que el contexto de los retratos varía acorde a los diarios.
En el primer diario existe mayor presencia de un ambiente pacífico, campestre y agradable. Esto se puede notar en los retratos de Jesús Domínguez, Manuelico y Ceferina Chávez. Estos personajes viven en fincas donde el trabajo se centra en el cuidado de los animales y las plantaciones. Jesús cuida con sus hijos del cultivo del tabaco: «’Don Jesús’ viene del conuco, de quemarle los gusanos al tabaco, ‘que da mucha briega’, y recostado a la puerta de su buena casa, habla de sus cultivos, y de los hijos que vienen con él de trabajar» (Martí, 1956/2019: 22).3
Manuelico es un experto en la cría de gallos y Ceferina posee tanto plantaciones como animales: «ha puesto a criar la tierra ociosa, a tenderse al buniatal, a cuajarse el tabaco, a engordar el cerdo» (1956/2019: 30). Mientras escribe el Diario de Monte Cristi a Cabo Haitiano, Martí tiene una mayor oportunidad de disfrutar la naturaleza y el paisaje ya que aún se encuentra reuniendo fondos para la guerra.
El retrato de Arturo se ubica en un contexto que puede repetirse en muchos jóvenes de su edad y de su misma clase social. Este joven se casó hace poco y está en espera de su primer hijo. En su descripción Martí se refiere a su desarreglo, su angustia y su preocupación por el dinero, lo que resulta en el retratado una consecuencia de su situación actual: «en el rostro terroso y febril los ojos sanos y angustiados» (1956/2019: 20).
En el primer conjunto diarístico también es posible encontrar a varios retratados que formaron parte de la guerra, cuyo contexto actual, aunque es de paz, está marcado por las heridas de la guerra, ya sea una herida profunda en la cabeza, como ocurre en el caso de Eusebio, o un físico bastante maltratado casi totalmente el de Jacinto Domínguez.
Hay casos donde si bien el contexto no está ubicado en el campo, sí lo está en un pueblo pequeño y casi siempre en condiciones precarias, como ocurre con Candelario Lozano, Ramón Salcedo y Benigno Corona. El retrato de Candelario se enfoca en mostrar el estilo de vida sencillo que lleva este hombre, enfocado básicamente en la preparación de la lucha: «No lleva medias, y los zapatos son de vaqueta» (1956/2019: 23).
Por su parte, Salcedo reside en Dajabón, el último pueblo dominicano de la travesía, prácticamente en la frontera ubicado. El contexto en el que se encuentra es bastante desesperanzador, lo que se entiende desde el comienzo de su descripción: «azorado en su soledad moral; azotado, en su tenacidad inútil; vencido» (1956/2019: 32). La idea de que vive en condiciones precarias se puede deducir de lo que precisa Martí acerca de que el mejor pantalón del retratado se encuentra remendado.
El retrato de Benigno Corona se lleva a cabo durante un periodo de paz, pero también de mucha miseria en Haití; bajo el mandato de Floruil Hippolyte. Si bien no existe una guerra; sí se presentan problemas políticos e injusticias, lo que se trasluce en los parlamentos de Corona donde expresa acaloradamente su desprecio ante los sobornos que ha intentado emplear con él la ley y su posición en defensa de la justicia.
En ambos diarios encontramos retratos que rememoran sucesos del pasado o actitudes de los retratados que demuestran sus mejores cualidades. Este es el caso, en el primer diario, de Antonio Calderón, y en el segundo, de Caridad Pérez. Al pasar por el pueblo donde en un primer momento Martí conoció a Antonio; este recuerda su primer encuentro con este amigo que le mostró tanta nobleza y generosidad: «que cuando pasé la primera vez, en su tiempo de Comandante de armas, me hizo apear, a las pocas palabras, del arrenquín en que ya me iba a Montecristi, y me dio su caballo melado» (1956/2019: 32).
El posicionamiento del Señor Martínez sobre cuál sería la nacionalidad y la posición que le hubiera gustado tener para llevar una mejor vida; está profundamente marcada por el racismo que generó en su momento la colonización en la sociedad: «Ni cubano quiero yo ser, ni puertorriqueño, ni español. Si era blanco español inteligente, sí» (1956/2019: 48). Aún en este contexto histórico el ser un ciudadano de la colonia y no entrar en el estereotipo de europeo, blanco y adinerado, resultaba desventajoso e incluso se consideraba un infortunio.
David Caley es el cocinero de la goleta Brothers, por lo tanto, su vida está llena de personas que vienen y van, lo cual se refleja en su retrato. El contexto en el que vive este retratado le es difícil de afrontar, puesto que su gran corazón hace que les tome cariño a las personas fácilmente.
Juan Telesforo Rodríguez y Pilar Masabó son ambos traidores al ejército. El contexto en el que se desarrollan sus retratos es a comienzos de la lucha, mientras se alistaban las tropas y se planeaban las estrategias. Por un lado, Juan engaña al ejército prometiendo luchar a su lado solo para huir y no ser castigado por sus robos. Por su parte Masabó, a diferencia de Juan, sí fue juzgado por sus actos en el consejo de guerra y condenado a muerte. Su retrato refleja sus últimas palabras antes de ser fusilado, ya que el temple que mantuvo en este momento tan difícil muestra la esencia de su carácter.
Los retratos de Victoriano Garzón, Plutarco Artigas y Pedro Agustín Pérez Pérez forman parte de segundo diario, en el cual se desarrolla el proceso de lucha. Este contexto en el que se encuentran cada uno de ellos marca profundamente su existencia hasta llevarlos a poner en peligro su propia vida.
Por otra parte, Pedro Pérez se ve obligado a esconderse ya que su vida corre peligro al ser de los primeros en sublevarse en su región. Plutarco también se encuentra en una situación difícil puesto que la guerra y la necesidad de la libertad lo lleva a alejarse de su familia: «él se va lejos, a otra jurisdicción, para que de cerca ‘no lo tenga amarrado su familia’» (1956/2019: 98). Victoriano, en su caso particular, ha hecho de su tropa su familia, y ha logrado hacerse querer y respetar por cada uno de sus subordinados: «cuida, uno a uno, de sus soldados» (1956/2019: 82).
El contexto en el retrato del Capitán Pacheco y del Coronel Bellito es durante la lucha, en las tropas de Holguín. Este contexto es el que da pie a debatir sobre cuestiones relacionadas con la guerra. Cuando el coronel Bellito habla del fracaso de la revolución, se refiere a un hecho en específico donde existió insubordinación por parte de Vicente García; esta es la sedición de Lagunas de Varona.
En este acápite es notable que los retratos martianos mayormente se encuentran en dos contextos: el contexto pacífico, ambientado mayormente en el campo o pequeños pueblos, y el contexto de la guerra, ya sea como recuerdo de esta o ubicados en el campamento, prestos ya para el combate. El contexto resulta definitorio en la vida de los retratados dado que los conduce a tomar acciones que mostrarán sus más grandes cualidades.
El conflicto se considera un elemento esencial en el texto biográfico debido a que resulta un factor de narratividad sin el cual no puede haber desarrollo del texto, aun cuando el argumento de este es el recorrido de una vida humana. Se trata de contradicciones del individuo con las necesidades sociales externas, así como la inserción de este en el marco de las principales contradicciones sociales en cada etapa de su vida. En los retratos martianos, el conflicto desempeña siempre una función esencial, que a su vez es historiográfica, caracterológica y narrativa.
El retrato inserto se caracteriza por ser un texto de poca extensión; por tanto, no es posible realizar en él un desarrollo amplio sobre la vida de la personalidad a la que se describe. De esta manera el conflicto fundamental de la vida de los retratados se muestra de forma directa y precisa; un mismo conflicto, además, puede retomarse en diferentes historias de vida.
Uno de los conflictos más reiterados en los retratos es el sacrificio, ya sea físico, material o sentimental; al cual se deben enfrentar los retratados por amor a la causa de la independencia. En esta situación se encuentran los retratados: Eusebio, Antonio Calderón, Ramón Salcedo, Candelario Lozano, Benigno Corona, Pedro Pérez y Plutarco Artigas.
Tanto Eusebio como Pedro Pérez arriesgan sus vidas en la lucha y permanecen valientes sin importar los reveses que se interpongan. Eusebio sufrió heridas muy graves en batalla donde lo dejaron por muerto; y como marca de esta hazaña conserva un agujero tan grande que Martí decía que dentro de este le cabía medio huevo de gallina.
Pedro Pérez, al sublevarse, tuvo que esconderse por año y medio, ya que peligraba su vida. Aun en este momento de gran tensión, él decidió armar un ejército para seguir combatiendo. Cabe destacar que en la descripción física que se hace de él se puede notar por su uso del bastón y sus patillas escasas y caídas, que estamos ante una persona de avanzada edad, lo que les confiere aún más valor a sus hazañas.
Algunos de estas grandes personalidades retratadas por Martí entregaron sus posesiones más preciadas o de valor para ayudar a sus compatriotas; tal es el caso del caballo de Antonio Calderón y el pantalón de Ramón Salcedo. Es importante señalar que Martí destaca que Antonio Calderón es conocido por ser un hombre guapo; pero en su descripción nos demuestra que él comprende que la mayor cualidad de este hombre es la nobleza. Resulta posible llegar a esta conclusión ya que el autor prioriza en el retrato la descripción de la noble acción del retratado por encima de otras hazañas realizadas en su vida.
Algunos de los hombres retratados por Martí preferían vivir con austeridad a negarle la ayuda a un amigo o dejar de defender sus ideales; así lo reflejan los textos dedicados a Candelario Lozano y Benigno Corona. Ambos son descritos como personas escasas de recursos y conocimientos, pero ricas en valor y lealtad. La descripción de la vivienda de Candelario, su despacho «pegado en cartón», su cama que es una hamaca y la precariedad de su vestir: «No lleva medias, y los zapatos son de vaqueta» (1956/2019: 23); dejan muy en claro su situación económica.
En el caso de Benigno se tiene a un hombre orgulloso de rechazar altos cargos políticos mediante los cuales entiende que sus adversarios lo quieren comprar: «Yo ni comandante de aimas quiero ser, ni inteiventor, ni ná de lo que quieren que yo sea, poique eso me lo ofrece ei gobierno poique me ve probe, pa precuraime mi deshonor, o pá que me entre temó de su venganza, de que no le aceité ei empleo» [sic.] (1956/2019: 36). Esta conducta, descrita detenidamente por Martí, resulta loable.
El proceso de la guerra históricamente ha generado un golpe fuerte en la familia, la cual suele ser afectada gravemente por la pérdida de algunos de sus miembros en la batalla, y así se aprecia en algunos retratos martianos. Plutarco Artigas, aun conociendo los riesgos de su partida hacia la lucha y teniendo a sus hijos cerca, no dejó de responder al llamado del deber. Otro elemento que evidencia su arrojo y la radicalización de su pensamiento en pro de la causa justa es que este padre se atrevió a llevarse con él al mayor de sus hijos.
Un conflicto que suele estar presente en la vida de muchas de las personas retratadas es el cuidado de la familia y de la economía del hogar. Este justamente es el que más golpea la vida del joven Arturo, el cual recientemente se casó y se encuentra en espera de un hijo. La angustia en sus ojos y sus pies descalzos transmiten la gran presión que sufre este joven al tener que enfrentar la manutención de su nueva familia.
Este hombre se encuentra impactado también al ver cómo la diferencia de clases cambia hasta en la forma de referirse a cada persona según su estrato social: más distinguidas las fórmulas de tratamiento para los ricos y menos para los pobres. En este caso particular el ejemplo se refiere a las expresiones relacionadas con el parto: ‘dar a luz y parió’, la segunda es la que se considera más vulgar.
La traición, por desgracia, ha estado presente en la vida del hombre desde sus inicios; y Martí nos da una perspectiva de esta desde el punto de vista del traicionado y el que traiciona. Jacinto Domínguez fue traicionado por su esposa y por su amigo, una de las traiciones más comunes en la vida de las personas, la que es por amor.
A pesar del dolor que este tipo de acto puede generar, la reacción de este hombre mostró una pizca de piedad cuando decidió perdonar la vida de la mujer. Pero no solo ha sufrido esta traición en su pasado, sino que en su presente se encuentra en litigio con un compañero por problemas de tierras. No es de extrañar que en su descripción se haga visible que su rostro carga el dolor de lo vivido y la fiereza propia de un guerrero: «los ojos ahogados se le salen del rostro, doloroso y fiero» (1956/2019: 21).
Dentro de los retratos de los caracteres controversiales o negativos que describe Martí encontramos a Pilar Masabó y Juan Telesforo Rodríguez. Ambos deben enfrentar las consecuencias de sus malos actos, lo cual les genera un conflicto que puede culminar en engaño y posterior huida; o pueden enfrentar con valor la sentencia mortal. Masabó muestra gran fuerza al enfrentarse a la muerte a la que es condenado, a diferencia de Juan, el cual engaña al ejército para poder huir.
El señor Martínez sufre un conflicto identitario muy fuerte ya que por nacer en una isla de Latinoamérica sufrió todo tipo de problemas. Él hace un análisis sobre la nacionalidad que le parece más útil y con mayor ventaja en la vida, y finalmente llega a la conclusión de que hubiese deseado ser blanco, español e inteligente. El ser una ‘persona de color’ le ha acarreado el ser pisoteado a cada lugar donde va y por tanto no puede casarse y establecerse en ningún lugar. Como se aprecia, el conflicto de la raza entronca con el conflicto de la identidad nacional, lo que hace que el retratado Martínez se considere fuera de lugar.
El conflicto que se manifiesta en la vida del noble David Caley resulta muy peculiar, pues se basa en que al ser trabajador de un barco se ve obligado a despedirse de cada nuevo amigo que conoce y termina tratando como a un hermano. Es también una angustia por verse imposibilitado de echar raíces, por llevar una vida poco estable. Podemos percibir esto debido a su reacción muy emotiva ante la despedida de Martí al tener que dejar la embarcación.
Caridad Pérez Piñó tiene que enfrentarse al dolor de la pérdida de un ser querido. El proceso de duelo es bastante complicado a nivel psicológico y más aún si la persona presencia el acto de asesinato de su ser querido. Caridad Pérez tuvo que escapar de los hombres que mataron a su esposo a plena noche, por el monte y sola con sus hijitos. La forma de sobreponerse ante esta situación habla de la fortaleza mental de esta mujer y de su valor al enfrentar la vida.
En el caso del retrato en paralelo del Capitán Pacheco y el Coronel Bellito su mayor conflicto está relacionado con el accionar de la organización interna de la guerra. Pacheco desea apoyar la lucha y lo hace de corazón; pero le resultan insultantes las injusticias respecto a las ganancias y las acciones de cada soldado. Además, el Coronel Bellito se encuentra indignado por las decisiones que llevaron al fracaso de la revolución, ya que estas causaron dolor en el corazón del pueblo.
Los conflictos de los retratados, aunque a simple vista pueden parecer sencillos, requieren de mucho valor, compromiso y tenacidad a la hora de ser enfrentados. Martí logra con ellos mostrar la situación tan difícil a la que se enfrentaban muchos de sus congéneres, los cuales debían pagar un precio muy alto por seguir los ideales que estimaban correctos: desde sacrificar sus objetos más preciados hasta su propia vida. Mediante los conflictos generados en su mayoría por el contexto de la vida de estas personas; Martí testimonia la realidad de la sociedad latinoamericana y caribeña de fines del siglo xix y del contexto específico de la manigua. El más universal de todos los cubanos logra conciliar en estos textos el lado noble y valeroso de su causa de lucha con la crudeza que es propia de la guerra.
La eticidad como factor constante no constituye una cuestión exclusiva de los retratos escritos por Martí. Por el contrario, se trata de un elemento que recorre toda su obra, si no el más presente, al menos el más señalado por la crítica. Es en esto en lo que la escritura histórica martiana se entrelaza con el resto de su producción, a tal punto que los retratos martianos han sido susceptibles de valoraciones que los atienden exclusivamente desde su configuración ética (Piloto, 2020; Varela, 2017). De ahí que sea innegable la importancia del enfoque ético en la construcción de las semblanzas martianas.
Los retratos martianos analizados se caracterizan por mostrar rasgos éticos que definen el carácter de los retratados y constituyen sus mayores virtudes. En la valoración ética que Martí realiza en sus Diarios de Campaña; también es posible encontrar el empleo de los preceptos fundamentales que definen la figura del héroe. El acercamiento de Martí hacia la figura del héroe parte de la funcionalidad de este, su vínculo con su tiempo y su entrega a la lucha (Varela, 2017). Las capacidades de Martí como escritor, artista y comunicador le permiten la creación de semblanzas que integren lo político con lo ético.
En los retratos insertos analizados, la eticidad se refleja desde los rasgos físicos hasta determinadas cualidades morales que Martí señala en sus retratados. Para ello emplea adjetivos como: ‘puro’, ‘servicial’, ‘sano’, ‘seguro’ y ‘limpio’, y así se encuentran en los retratos del Señor Martínez, Plutarco Artigas y Francisco Pérez; pero estas cualidades no se asocian solamente al individuo como tal, sino que se reflejan desde las diversas partes de su cuerpo.
Esto ocurre sobre todo con los ojos, puestos que estos tradicionalmente se reconocen como las ventanas del alma. Los «ojos sinceros y grandes» (1956/2019: 58) de David Caley mostraban la ternura de su alma y la pureza de su corazón. También el joven Arturo posee «ojos sanos» (1956/2019: 20) puesto que su corta edad y el ambiente en que se ha desarrollado le han permitido mantener su inocencia.
El rostro, el alma y el talante revelan también las cualidades morales de los retratados. Este es el caso de Pedro Agustín Pérez Pérez, el cual tiene «el rostro enjuto y benévolo» (1956/2019: 82) de quien se sacrifica hasta lo último por la libertad. Por otra parte, aparece Victoriano Garzón que tiene «su alma bondadosa, y su autoridad natural» (1956/2019: 81), una dualidad que se encuentra presente solamente en los grandes líderes.
Hay ciertos adjetivos que describen la labor del retratado, y existen dos retratos donde podemos ver cómo estos adjetivos nos permiten evidenciar un contraste en la moralidad de cada cual: mientras un retratado es excelso y ejemplar, el otro es temido y de actitud reprochable. Jacinto Domínguez es descrito como «prohombre, y general de fuego» (1956/2019: 21), sin embargo, de Juan Telesforo Rodríguez se conoce que es un «ladrón de monte» (1956/2019: 73) que genera temor en los vecinos del lugar.
Llama la atención que en varios retratos una simple acción afectiva puede denotar la nobleza presente en el corazón de las personalidades descritas. Este es el caso de David Caley que al despedirse de Martí «se le hundió el rostro, y el pecho, y se echó de bruces, llorando, contra la vela atada a la botavara» (1956/2019: 58). Algo menos efusivo, pero suficientemente significativo como para ser remarcado en la descripción de Martí es la forma de abrazar de Ramón Salcedo: «y al abrazarme, se pega a mi corazón» (1956/2019: 32).
En los campos por los cuales transitó José Martí durante su primer diario encontramos la existencia de ciertas normas que regulan el comportamiento de los anfitriones con sus invitados. Este es el caso de Arturo, un joven que por su condición económica debe aceptar los regalos de sus amigos, pues no se encuentra en posición de dar, situación que no deja de decir, lo aflige. Martí se encuentra en desacuerdo con esta ética social y se alegra que finalmente Arturo sea consecuente ante su situación y no opte por aparentar algo que no es.
Este tipo de comportamiento basado en la idea de que el buen anfitrión es el que ofrece grandes regalos a sus visitantes: cambia radicalmente su connotación cuando el anfitrión comparte de lo poco que tiene con quien arribe a su casa, intercambio y hospitalidad que debe basarse para Martí en el amor y la camaradería, y no en la convención social.
La nobleza es uno de los rasgos éticos que Martí más valoraba en sus retratados, por tanto, no es de extrañar que muchos de sus retratados destaquen por su buen corazón. Este es el caso del General Candelario Lozano, Antonio Calderón, Ramón Salcedo y David Caley. Estas personas no solo recibieron a Martí con mucho cariño sino también le ofrecieron sus posesiones más preciadas.
Ellos no esperaban recibir ninguna recompensa por esto, sus actos eran totalmente desinteresados, cosa que se destaca en los retratos de David Caley y Ramón Salcedo. David no solamente se esforzaba trabajando desde bien temprano para cocinar un platillo exquisito con los pocos ingredientes que tenía; sino también les prestaba su chaqueta como almohada quedándose él sin abrigo en la noche. Sobre él Martí señaló: «Jamás pidió, y se daba todo» (1956/2019: 58). Por su parte Salcedo, el joven mediquín cubano, «sin queja ni lisonja» (1956/2019: 32) ofrece su mejor pantalón al Apóstol y le alcanza muy amablemente una pastilla para remediar su dolor.
Pero la nobleza no solo se manifiesta en la hospitalidad sino también en los deseos de ayudar a los menos favorecidos y en las acciones que se toman para ello. Ceferina Chávez es un ejemplo de esto, pues desea destinar parte de su fortuna a la beneficencia: «Al pobre, algo se ha de dejar, y el dividivi de mis tierras, que los pobres se lo lleven» (1956/2019: 30).
Esta es una mujer intachable moralmente, pues no solo da una buena educación a sus hijas, haciéndolas mujeres sabias sin dejar de ser humildes, sino que maneja de forma inteligente y justa todos sus negocios. Sobre el mantener el equilibrio entre la teoría y la práctica, la comodidad y el sacrificio, Martí recoge de ella estos refranes:4 «El sillón, junto al pilón. En la sala porcelanas, y al conuco por las mañanas» (1956/2019: 30).
La resiliencia ante la vida es una cualidad moral imprescindible para triunfar y esto lo demuestran tanto hombres como mujeres en los retratos martianos. Eusebio es un guerrero que ante la lucha no se deja amedrentar y a pesar de las heridas graves se levanta, sigue luchando por vivir. Él considera que el trabajo arduo resulta necesario para la formación y el bienestar de los hombres; así como el caballo se baña en su propio sudor, frase que Martí le toma prestada al retratado.
Caridad Pérez es un ejemplo de valor y fidelidad a los ideales independentistas. Aunque sufre la pérdida de su esposo, involucrado en la causa de la libertad, continúa con el apoyo a los insurrectos tanto con el suministro de alimentos como vigilante de que nadie revele a las autoridades el escondite de las tropas cubanas.
La lealtad es un valor que marca la vida de varios retratados como es el caso del general Benigno Corona, de Pedro Pérez y de Plutarco Artigas. El general no solo se mantiene fiel a su patria a pesar de los intentos de soborno que recibe; sino también es tan leal para con sus amigos que es capaz de dar su vida por ellos. Es feliz con una vida simple, pero con la conciencia tranquila: «Pero yo voy viviendo, con mi honradé y con mi caña» (1956/2019: 36). De la misma manera es descrito por Martí como alguien que es incapaz de mantenerse quieto ante la injusticia: «Guando yo veo injuticia, las dos manos me bailan, y me le voi andando ai rifle, y ya no quiero ma cuchillo ni tenedor» [sic.] (1956/2019: 36).
En el caso de Pedro Pérez tenemos a un hombre que es capaz de arriesgar su vida con tal de seguir los ideales de independencia que considera correctos. Tal es su valor que es recordado como el primer sublevado de Guantánamo. Con la última frase que usa Martí para su descripción nos deja entrever el corazón resignado al sufrimiento que genera las grandes luchas en la vida: «Él no quiere gente a caballo, ni monta él, ni tiene a bien los capotes de goma, sino la lluvia pura, sufrida en silencio» (1956/2019: 82).
Un buen líder debe encontrar un punto medio entre la disciplina y la dulzura para mantener el orden en su tropa sin perder el cariño y el respeto de sus soldados. Este es el caso de Victoriano Garzón, uno de los principales líderes en la lucha por la independencia. En su descripción se puede notar el cariño que siente por sus subordinados sin importar su raza: mima, con verdad, a sus ayudantes blancos. Su propio cuerpo atestigua sus principales cualidades, es un hombre bravo en batalla: «ojos fogosos», es amable: «dulce de sonrisa» y sabe disciplinar, puesto que es fuerte: «De carnes seco» (1956/2019: 81).
En el retrato en paralelo del Capitán Pacheco y el Coronel Bellito se pone de manifiesto la lealtad y el amor que ambos le tienen a su patria. Pacheco afirma que no espera obtener beneficios por la defensa de su país; él desprecia profundamente a los que toman la lucha como un negocio: «yo no he venido a aspirar sino a servir a la patria» (1956/2019: 101). En la descripción de Bellito lo primero que se señala es su lealtad: «leal, de ojo claro de asalto, valiente en hacer y en decir» (1956/2019: 101). Su dolor por el fracaso de la revolución denota también su amor por su tierra.
Pero no solo existen retratos de personas moralmente intachables en los diarios sino también de personajes completamente amorales que son la imagen del engaño, la traición y la maldad. Tal es el caso de Masabó y Jaragüita, ambos criminales. Jaragüita es descrito como un ladrón que es temido por los vecinos del lugar, engañó al ejército diciendo que iba a luchar junto a ellos y fingiéndose un hombre responsable al formar un hogar. Masabó es otro ladrón que resulta condenado a muerte por el consejo de guerra, aun siendo hallado culpable antes sus compañeros no bajaba la cabeza y se decía inocente.
Entre los retratados sobresalen las cualidades éticas y morales que distinguen a los grandes héroes y heroínas. Solamente que estos en vez de tener los perfiles de los héroes clásicos son personas sencillas, los llamados personas de a pie o héroes anónimos, cuestión que precisamente los hace aún más grandes. Resulta notable que no solo se muestran personalidades moralmente intachables; sino que también se muestran las actitudes opuestas a estas en dos retratados. Martí logra mostrar un espectro bastante amplio de lo que podemos considerar ético y lo que no; a través de frases, descripciones y gestos que logran encerrar la esencia de cada persona.
Los tres elementos analizados —la contextualización del retratado, la presencia de un conflicto social en el texto retratístico y la eticidad como factor constante—, establecen una relación estrecha entre la muestra estudiada y los criterios previamente establecidos, en los que se fundamenta la existencia de un estilo histórico-biográfico martiano, concretado en los retratos biográficos que Martí trazó en sus textos periodísticos y en sus discursos, ahora evidenciado además en sus diarios de campaña.
Los retratos insertos analizados desarrollaron de manera cabal y perceptible los elementos caracterizadores del estilo retratístico martiano que han sido sistematizados por los estudios afines y por el presente trabajo.
La contextualización del personaje es un rasgo propio del modo martiano que se aprecia en los retratos insertos en los Diarios de campaña de José Martí. A partir de la contextualización los retratados aparecen en diferentes ámbitos en los que se desarrolla su vida. En estos textos se aprecian fundamentalmente dos: el ámbito familiar y el contexto de la guerra, ya como evocación de contiendas pasadas ya en su acontecer en la manigua. Como parte del contexto en el que se desenvuelven los retratados no han faltado la dedicación al trabajo constante, forjador y fecundo, como tampoco a la situación de pobreza en la que se ubican algunos retratados.
El conflicto social es el elemento a partir del cual se estructuran los retratos insertos dado que Martí concentra los conflictos de la realidad social con el conflicto como parte de la estructura interna de la narración. En todos los obituarios los cubanos retratados han sido asociados a un conflicto, que generalmente sobrepasa lo individual para ser colectivo y social.
La eticidad es el factor constante de la escritura martiana y de los retratos insertos. En el estudio biográfico que dedica Martí a los retratados, los examina desde el punto de vista ético y en muy pocas ocasiones desde el punto de vista físico —cuando así lo hace establece un nexo muy estrecho entre lo material y lo moral—.
El análisis ético de los retratados lleva a Martí a extrapolar sus criterios hasta conformar juicios generalizadores sobre la familia, el amor, la virtud, el cariño, el desprendimiento, el patriotismo, la justicia, la valentía, la riqueza y la pobreza, el ser bueno y el hacer el bien. Si bien la mayoría de los retratos insertos estudiados se dedican a caracteres positivos no ha faltado lugar para construir la imagen de personalidades negativas y caracteres controversiales (en dos retratos).
La valoración ética que Martí realiza en los Diarios de campaña de sus retratados presenta el empleo de los preceptos fundamentales que definen la figura del héroe. El acercamiento de este autor hacia la figura del héroe parte de la funcionalidad de este, su vínculo con su tiempo y su entrega a la lucha.
Los retratos insertos en los Diarios de campaña de José Martí, como modalidad de los retratos biográficos martianos, son muestra del estilo de la escritura martiana, de su discurso histórico-biográfico y de su incursión en la literatura de campaña; toda vez que cumplen diferentes funciones: la de registro y testimonio del acontecer diario durante su salida de Montecristi hasta su muerte en Dos Ríos —coincidente con su preparación e incorporación a la Guerra Necesaria—, y la historiográfica de perfilar a hombres y mujeres excelsos y comunes con los que comparte durante este lapso.
Álvarez, L.; Palacio, C.; Varela, M. (2007). Martí, biógrafo. Editorial Oriente.
García Marruz, F. (1969). La prosa poemática de Martí. Temas martianos. Serie 1. Biblioteca Nacional José Martí.
Heredia, I. O. (2003). Ficciones autobiográficas en la obra de José Martí. Islas, 45 (136), 39-47. https://islas.uclv.edu.cu/index.php/islas/article/view/606/566
Housková, A. & Areta, G. (2021). El estudio del mundo, Diarios de Campaña de José Martí. Revista de Crítica Literaria Latinoamericana, XLVII (94), 255-278. https://dialnet.unirioja.es/servlet/articulo?codigo=9780399
Laviana, M. L. (2015). Vigencia política de José Martí. Americanía. Revista de Estudios Latinoamericanos, Número Especial José Martí, 169-179. https://www.upo.es/revistas/index.php/americania/article/view/1599/1304
León, O. (2021). Retratos insertos de norteamericanos en el periodismo de José Martí. Anuario del Centro de Estudios Martianos, 44, 227-242. Centro de Estudios Martianos
Martí, J. (1956/2019) Diarios de campaña (Martínez, M. B. Ed.) Centro de Estudios Martianos.
Pampín, M. F. (2016). La tradición norteamericana en José Martí entre filosofía y literatura. Anales de Literatura Hispanoamericana, 45, 47-73. URL: https://revistas.ucm.es/index.php/ALHI/article/view/55114
Piloto, A. A. (2020). Reflexiones sobre el pensamiento pedagógico de José Martí en la formación de las nuevas generaciones. Revista Cubana de Medicina Militar, 49 (1), 214-226. https://revmedmilitar.sld.cu/index.php/mil/article/view/423/474
Varela, M. (2017). Sobre retratos y héroes martianos. Islas, 46 (140), 3-25. https://islas.uclv.edu.cu/index.php/islas/article/view/559
Vázquez, M. (2009). Norteamericanos. Apóstoles, poetas, bandidos. Centro de Estudios Martianos.
Vitier, C. (1958). Lo cubano en la poesía. Universidad Central «Marta Abreu» de Las Villas.
Zuluaga, A. (1997). Sobre las funciones de los fraseologismos en textos literarios. Paremia, 6, 631-640. https://cvc.cervantes.es/lengua/paremia/pdf/006/098_zuluaga.pdf
Osneidy León Bermúdez (1984, Santa Clara). Licenciada en Letras y profesora Auxiliar, Máster en Cultura Latinoamericana. Se desempeña como profesora en la Universidad Central «Marta Abreu» de Las Villas.
Melodis Mari Hernández Padilla (2005, Camajuaní). Licenciada en Letras. Recién graduada en adiestramiento que se forma como profesora universitaria en la Sede Varela de la Universidad Central «Marta Abreu» de Las Villas.
Cómo citar este artículo: León, O.; Hernández, M. M. (2024). Retratos insertos en los Diarios de campaña de José Martí. Islas 66(209): e1486.
_______________________________________________________________
ISSN: 0042-1547 (papel) ISSN: 1997-6720 (digital)
http: //islas.uclv.edu.cu
De los retratos insertos extraídos, 12 pertenecen al Diario de Monte Cristi a Cabo Haitiano y 7 al Diario de Cabo Haitiano a Dos Ríos. Se corresponden con los apuntes realizados en los días 14, 15 y 19 de febrero; 2 y 3 de marzo; 5, 21 y 27 de abril; 5 y 9 de mayo de 1895↩︎
Se refiere a Arturo, Eusebio, Don Jacinto, Jesús Domínguez, General Candelario Lozano, Manuelico, Ceferina Chaves, Antonio Calderón, Ramón Salcedo, Benigno Corona, Señor Martínez, David Caley, Caridad Pérez Piñó, Juan Telesforo Rodríguez, Jaragüita, Victoriano Garzón, Pedro Agustín Pérez Pérez, Pilar Masabó, Plutarco Artigas, Capitán Pacheco y Coronel Bellito.↩︎
Todas las citas se han tomado de la edición de los Diarios de campaña de José Martí del Centro de Estudios Martianos del año 2019.↩︎
En no pocas ocasiones la valoración ética de las personas retratadas se ofrece en forma de aforismo, es decir, en frases que encierran una sabiduría. Sin embargo, en este caso, Martí recoge el propio discurso de la retratada, la cual se expresa mediante giros del lenguaje popular –refranes, específicamente–. Ambas formas se comprenden como unidad fraseológica, la cual, para Zuluaga, desempeña una función textual básica (1997: 361): la facilitación y simplificación máximas de la construcción del mensaje por el emisor y de la recepción por parte del lector u oyente.↩︎